Porque es algo que está en nuestra mano, realmente. Los microcmachismos son manifestaciones de una cultura patriarcal dominante, comprenden una memoria histórica y una construcción social de las posiciones en las relaciones interpersonales como dominante o como dominado. Además estamos fuertemente condicionados por el marco material, político y social.
En cambio, los micromachismos nos sitúan en el lugar de la acción. Pensamos que, verdaderamente, tenemos del poder de decidir qué pensar, cómo percibir, qué decir, qué hacer en las prácticas del día a día. Este es el trabajo de lo micro en cuanto a realidad de la vida cotidiana en la que cada persona está dentro de la escena.
Lo micro también retrotrae a lo no visibilizado. Es lo que en la clásica representación de la violencia de género como iceberg, queda dentro del agua. La propuesta es hacer un doble juego de actor-observador; iceberg y buzo. Sumergirnos, y descubrir qué parte constitutiva de nuestra persona, en cuanto a sujetos sociales, está sosteniendo la violencia. Comprendemos que se trata de un viaje tan difícil como necesario, por lo que trabajamos desde los cuidados y el respeto hacia cada proceso.
Nuestro oxigeno para esta inmersión es el teatro social, teatro de lxs oprimidxs, lo cual nos aporta herramientas para visibilizar, comprender y transformar, con la amortiguación emocional del trabajo colectivo.
Se trata de una cuestión en sí misma urgente, ya que invade todos los ámbitos de la vida, y está generando un riesgo para la salud y la integridad de muchas personas. La intersección de los micromachismos en las relaciones afectivas de pareja hace que parezcamos estar abocados a la destrucción de relaciones que en realidad no queremos dañar. El conflicto planteado entre no perder el control (dominar) y amar a la persona a la que amamos (sólo posible en paridad) puede resultar desgarrador. El coste emocional, personal y vital con el tiempo se hace cada vez más grave. Y en cambio está en nuestras manos cambiar el rumbo.
Por último, el cambio en materia de relaciones de género nos parece que está en la raíz de otras formas de desigualdad, por lo que su transformación es fuente de un cambio social más amplio, con el que estamos comprometidas.
En definitiva, tratamos micromachismos porque es urgente, porque es necesario y porque podemos hacerlo.
Escrito dirigido a varones miembros de entidades pro igualdad 13/03/2017