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Feminismo Andaluh

23 mayo 2020 feminismo andaluh (2)

– ¿Y tú de quién ereh?
– Yo, de María Luisa.

Feminismo Andaluz, creo que lo escucho por primera vez en persona de Carmen Borrego-Salmorejho Majhao aunque en redes ya andaba bastante activo gracias a la labor de Mar Gallego. Andaluzas, raciacilizadas, exotizadas, empobrecidas, precarias, de pueblo, madres y abuelas, pucheros con hierbabuena, mesa camilla, anís, silencios. Remito encarecidamente a Carmen y a Mar para adentrarse, para reconocernos en este enfoque, aunque yo aquí me voy a dar el permiso de describirlo, con mis palabras:

Creo la idea de un feminismo andaluz está aportando visibilidad a un amplio espectro de prácticas que venían existiendo desde mucho antes de ser nombradas, desde siempre, en los pueblos y en los barrios de Andalucía. Para mí, desde mi experiencia como mujer andaluza, en relación con mi familia, mis amistades, y las personas con las vengo trabajado, el feminismo andaluz es un feminismo de guerrilla. Y así debe entenderse. Es decir, las mujeres y los varones disidentes a las normas patriarcales, lo han sido en lo cotidiano, de manera camuflada, como quien no quiere la cosa…  a espaldas del “señorito”, pero sin pedir permiso, metiendo petardos en las cisternas, culebras en las camas, risas en el drama, tocando los timbres en las noches tibias para luego salir corriendo sin ser vistas.

Cuántas mujeres imprescindibles, sin las que su bloque de pisos, o la calle de sus pueblos, morirían de sed y desaliento en un solo día. Enormes guerreras, disfrazadas de mujeres “normales”. Hay que saber mirar.

El feminismo andaluz para mi es algo muy visceral, muy del sentido común, muy conectado con lo que se puede tocar aquí y ahora, o quizás más oler. Bastante desconectado de los grandes discursos intelectuales, indisolublemente comunitario, porque nuestra cultura lo es y en el que la vida está en el centro. No hay que darle muchas vueltas, todo el mundo sabe la sostenibilidad es el valor matriz. Y que sólo la justicia es lo que hace la vida sostenible. Un pueblo atiborrado de brujas, de mujeres que hacen lo que les da la gana, pero sin que lo parezca. Yo soy de otra generación, yo sí quiero que lo parezca, que se vea bien claro, pero puedo decir esto es porque ellas han estado ahí, con un duro bozal en la boca y en el coño.

Es el feminismo inclusivo, global, a fuego lento, y es en el que yo creo. Es propiedad de la gente, como lo es la calle, como son las fiestas, como es el habla en Andalucía. Es ingobernable. El feminismo andaluz de estas guerrilleras (y aunque parezca sorprendente, dado el machismo medular, de algunos aliados) es mucho de actos, porque nuestras palabras fueron duramente reprimidas, en su forma y en su fondo. La voz de estas mujeres está en sus acciones. Hay que saber mirar. Andalucía es un territorio donde la gente lucha continuamente, en forma de resistencia, en pequeñas dosis. Creo que es la manera que encontraron en épocas muy represivas (el clasismo y el sexismo extremo) de expresar este “quejío”. En la clandestinidad, en el poquito a poco, en la reunión sin preaviso y siempre preferible, en el cara a cara. 

23 mayo 2020 feminismo andaluh

NOTA: Aunque en algunas palabras la presencia del andaluh es tan grande que por sí solas se escriben como se dicen, escribo este texto, todo el blog y toda la web en castellano, no tanto por reivindicar el castellano como lengua escrita, sino el andaluz, como hablas. 

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